Este corto trata de María, un caso concreto de autismo con el que se nos explica en lo que consiste esta enfermedad. Está realizado con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas autistas.
El que nos cuenta la historia es su padre y comienza explicándonos cómo María llegó a casa:
“A María no la trajo la cigüeña.
María vino de un planeta lejano,
como Superman.
Tardó nueve largos meses en llegar a casa
y cuando, por fin lo hizo…
se quedó dormida.”
A continuación, nos explica los sentimientos que sintieron al tenerla en sus brazos, pero poco a poco notaron que algo la ocurría:
“María fue enseguida la alegría de la casa,
pero al poco tiempo nos dimos cuenta de que algo le pasaba.
No parecía darse cuenta de lo que la rodeaba,
no parecía oírnos,
no respondía a nuestros abrazos,
era como si viviera en un mundo propio…
sin conexión con el nuestro.”
Por ello, buscaron soluciones, más bien, respuestas, pero cada uno tenía un punto de vista diferente…
“En vez de jugar con sus muñecos,
los alineaba como en un desfile.
Igual que los médicos que la fueron visitando,
cada uno con su opinión,
cada uno con un diagnóstico diferente.”
Al no presentarse ninguna solución evidente, ellos también emprendieron un largo viaje en busca de una respuesta y, en efecto, dieron con ella:
“Nosotros también hicimos un largo viaje en busca de respuestas
que llegaron al cabo de mucho tiempo.
AUTISMO.
En ese viaje tuvimos de compañeros a los otros padres,
con los que compartimos tristezas, alegrías y experiencias.”
Después, nos explica la situación en la que se encuentra María, la principal protagonista de esta historia:
“María vive ahora en Canarias,
tiene quince años y es un solete.
Nuestro mundo sigue siendo muy complicado para ella,
asique necesita ordenarlo para vivir en él.
En su cabeza todo está clasificado.
¡Bien ordenadito!
¡Un cajón para cada cosa!”
Ante esta situación, encuentran una buena solución, con la intención de hacerla feliz siempre a su lado:
“Le angustian las situaciones inesperadas,
y para ayudarla en esos momentos utilizamos los pictogramas,
que la ayudan a establecer las rutinas.”
Después de mostrarnos un claro ejemplo de un día en la vida de María, nos comenta las dificultades que tiene en su vida diaria:
“Además, María tiene dificultades para hacer las cosas más sencillas:
como atarse unos zapatos,
o subirse una cremallera,
bañarse sola,
llamar por teléfono,
o simplemente abrir una lata de anchoas,
poner la tele,
o utilizar el chaleco de emergencia,
bueno… eso ni siquiera yo sé.”
Pero también nos cuenta que… ¡tiene superpoderes!, aspectos que la caracterizan y la hacen especial:
“Pero también tiene superpoderes,
como Superman.
¡Superconcentración para comer!
¡Supercarisma para hipnotizar a la gente con una sonrisa!
¡Supervisión para contar papelitos!
Y sobre todo, ¡supermemoria!
En su cabeza hay sitio para los nombres de la gente que ha conocido alguna vez,
esos nombres van siempre con ella y son su mapa del mundo.
Son las listas que repite una y otra vez
y hacen que el mundo sea un sitio seguro.”
Como nos explica su padre, cuando se enfrenta a la vida real, lo pasa mal en algunas ocasiones, pero todo tiene su explicación:
“En la vida real pasan demasiadas cosas en un instante,
la gente habla todo el rato,
se mueven muy deprisa,
sus caras expresan emociones que a María le cuesta comprender
y ella lo recibe todo a la vez de una manera confusa y agresiva.”
Pero tiene una manera de sentirse bien consigo misma… su mundo:
“La única forma de defenderse
es refugiándose en su universo.
Un sitio, donde solo ella puede entrar y salir.
Bueno, también sus amigos imaginarios,
esos con los que se ríe a carcajadas cuando nadie la ve.
En ese sitio especial María encuentra protección, en sus juegos repetitivos
con la arena o con los papelitos
o simplemente viendo caer el agua.
Gracias a esos momentos,
María calma la angustia que le provocan unas reglas que no entiende.”
Por último, su padre expresa todo lo que sienten hacia ella y la manera que tienen de hacerla feliz y transmitirla lo mejor para ella:
“Cuando estamos con María
procuramos no pensar mucho en el futuro
sólo en el día a día.
Queremos verla feliz,
que aprenda poco a poco a ser independiente
y que se siga acordando del nombre de todas las personas.
Cuando María está con nosotros
hace del mundo, un sitio mejor.”
Y muy cierto es, porque cuando estás cerca de personas con algún tipo de discapacidad u otro tipo de problemas, si las cuidas y las quieres, recibes mucho más de lo que das y de lo que puedas llegar a imaginar…
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