lunes, 2 de mayo de 2011

Índice de Inclusión (María)

Organización de las instituciones educativas

Índice de Inclusión


María García López

Magisterio de Educación Infantil

Grupo A/2


1. Introduce la historia con tus palabras:

Gerardo Echeita Sarrionandia escribió este artículo para la Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, con el fin de reflexionar sobre las barreras existentes que dificultan el avance hacia una escuela para todos y con todos, basándose en una anécdota que nos cuenta sobre un niño de ocho años y medio de edad, llamado Jorge, que tiene síndrome de Down, al cual nos lo describe como un niño muy sociable, inteligente, curioso y testarudo cuando quiere satisfacer sus necesidades o deseos.

Jorge tiene un hermano de diez años, buen estudiante y al que le encanta el deporte, pero no van al mismo colegio. Su hermano acude a un colegio concertado, innovador, participativo y con fama de poseer una buena educación en valores, pero Gerardo se plantea si esto último es cierto, porque si fuese así, ¿por qué no pueden acudir los dos hermanos juntos al colegio?

Por lo tanto, los padres de Jorge le llevaron durante cuatro años a un centro “de integración”, pero se sentían preocupados y no estaban satisfechos, por lo que le cambiaron a un centro de educación especial, ya que lo que querían es ver a su hijo feliz y progresando.

Después de conocer la historia de Jorge, Gerardo y otros muchos nos preguntamos por qué sigue existiendo la exclusión escolar, si es por falta de conocimientos didácticos o si es un problema moral existente en nuestra sociedad, por ejemplo.

2. Barreras que limitan una escuela para todos y por todos:

Antes de nada, hay que aclarar que casos como el de Jorge no son una cuestión “individual”, o una “tragedia personal”, sino el resultado de una relación social en la que entran en interacción las características de cada persona/alumno y las del contexto social/escolar en la que aquel se desenvuelve. Así, en el caso de Jorge, se presentan una serie de “barreras”, por parte de su contexto, de distintos tipos que impiden su aprendizaje y participación en condiciones de igualdad.

Teniendo lo anterior claro, podemos observar algunos obstáculos que tiene el sistema educativo, respecto a su capacidad para ofrecer una enseñanza comprensiva y a la vez atenta a la diversidad del alumnado:

· La primera barrera que debemos reconocer es que se debe superar esa perspectiva individual que tanto ha condicionado y condiciona la acción educativa en los centros escolares.

De esta manera, podremos conseguir que niños como Jorge, por ejemplo, puedan acudir a centros donde hay diversidad del alumnado.

· Superar esa mirada esencialista y fijarnos en la visión social que nos proponen, entre otros, Booth y Ainscow, con el fin de que los centros, las administraciones educativas y el personal implicado en ello, reflexionen sobre sus actitudes, hechos, procesos y decisiones y se den cuenta de las que estén afectando a las prácticas educativas y que, aun siendo difíciles de cambiar, puedan ser sustituidas por otras que propicien una educación para todos y con todos.

De esta forma, podríamos conseguir que el sistema educativo deje de considerar a niños como Jorge, como los principales “culpables” de que no puedan estar con sus iguales en un mismo colegio.

· Otra barrera puede ser superada si es cierto que la dificultad de que haya una educación para todos y por todos en los centros tiene que ver con el hecho de que no dispongamos de conocimientos didácticos, educativos, o de recursos suficientes, ya que se podría ver remediado si se adquiriesen todos estos conocimientos.

· Un obstáculo claro es el relativo a la distancia entre el conocimiento del que disponemos a partir de la gran cantidad de investigación que hoy se realiza y lo que luego trasladamos a la práctica cotidiana.

Para una educación más inclusiva podemos empezar por reflexionar sobre el sentido u orientación de esa investigación, su metodología, el papel del profesorado…

· Los problemas educativos son complejos, inciertos, imprevisibles en muchas ocasiones y simultáneos con otros problemas. En resumidas cuentas, son “casos únicos” y poco generalizables, por lo que necesitamos una “pedagogía de la complejidad”, es decir, una estructura educativa capaz de enseñar, con un buen nivel intelectual, a clases heterogéneas desde el punto de vista académico, lingüístico, racial, étnico y social, de forma que las tareas académicas puedan ser retadoras.

En conclusión, en el caso de Jorge, podríamos reflexionar si lo “mejor” para él ha sido la opción que sus padres finalmente eligieron, la cual no cuadra con los datos tan negativos que los estudios disponibles reflejan respecto a situaciones de integración de personas con discapacidad, por ejemplo.

3. ¿Cómo podemos conseguir ese cambio hacia una educación para todos?:

El hecho de tener los conocimientos y las vivencias necesarias para saber cómo hacer una sociedad educativa en la que no se produzca discriminación, no quiere decir que sea fácil y ni mucho menos cambiar la realidad escolar que hoy en día tenemos.

Para cambiar esta realidad se debe comenzar por realizar una serie de cambios que engloban a todo el entorno educativo comenzando desde los puestos más bajos, hasta las más altas estancias.

Uno de los cambios que deberían realizarse sería la configuración organizativa de los centros, de tal manera que se reestructuren, haciendo que los órganos que tienen un papel meramente burocrático, sean remplazados por órganos que sean capaces de hacer frente a las demandas que requiere la pedagogía de la complejidad, pudiendo atender a toda la diversidad del alumnado en condiciones de igualdad y sin excluir a nadie.

Dentro de ello podríamos destacar, como elemento de cambio, el tiempo escolar, tiempo para los profesores y un tiempo para marcar un ritmo diferente que facilite el aprendizaje a todos los alumnos. Es indispensable la complejidad para desarrollar la pedagogía, que los profesores gocen de un tiempo para trabajar en cooperación pensando y planificando sus sesiones y propuestas de futuro, a la vez que reflexionan sobre los problemas de sus respectivos grupos, buscando así la mejor manera de ayudarles y de que todos se integren. En cuanto al ritmo, se debe dejar claro que lo fundamental que es la formación de los alumnos y no los contenidos escolares, por lo que esta idea debería ser el eje de la organización del trabajo que se realiza en las escuelas.

Otro de los cambios que se deben producir es la mentalidad tradicional de algunos centros y profesores que mantienen una forma anticuada de prestar ayuda a sus alumnos. Simplemente se dedican a hacerlo todo a su modo, sin dejar ninguna apertura al cambio, por lo que este es un cambio fundamental a la hora de poder evolucionar hacia una educación sin exclusiones.

Una herramienta que podría ayudar en el cambio sería la evaluación de centro, que ayudaría a los centros, más que a exponer el trabajo realizado, a facilitar internamente el conocimiento de los resultados de sus alumnos y todos aquellos aspectos que se podían mejorar.

Una mentalidad extendida dentro del mundo del profesorado que se debe erradicar es aquella que hace pensar que sus proyectos y su futuro dentro del centro, está supeditado al trabajo que desarrollen durante un curso, una mentalidad en contra del riesgo, la cual se debe combatir a través de la creación de una “red de apoyo y confianza y seguridad”, la cual hace que en el caso de que hubiese fallos o problemas, estos no repercutan de una manera violenta sobre el profesorado, adoptando así una mentalidad mucho más positiva y predispuesta al desarrollo.

En conclusión, quedan muchas barreras que romper y muchos cambios que hacer, pero con la evolución de la sociedad y la ayuda de las organizaciones gubernamentales, es un objetivo que se puede conseguir de aquí a un medio o largo plazo.

4. ¿Por qué es necesario un cambio cultural?:

Es necesario un cambio cultural para crear una sociedad más justa que tenga en cuenta aspectos fundamentales como la igualdad de oportunidades o la integración de todas las personas al mundo laboral/escolar (como en el caso de Jorge), por ejemplo.

Para que esto sea posible, es necesario desempeñar valores y creencias culturales que, en la actualidad, no posee nuestra sociedad, la cual es excluyente y si no cambia en este aspecto, muy difícilmente podrán existir escuelas inclusivas.

Para superar esta “barrera cultural” debemos ser capaces de interpretar determinadas diferencias individuales (sociales, culturales) y considerarlas en igualdad, de modo que podamos ver en la diversidad humana estímulos para avanzar hacia sociedades más justas e igualitarias.

En conclusión, de la sociedad, es decir, de nosotros dependerá el avance hacia una escuela para todos y con todos. Hemos avanzado mucho pero, como hemos podido observar anteriormente, aún quedan muchas barreras por remover.

5. Ideas fundamentales del índice de inclusión:

a. Conjunto de materiales planteados como ayudas a las escuelas para poder avanzar hacia una educación inclusiva.

b. Su principal objetivo es construir asociaciones escolares colaborativas, que promuevan en el alumnado altos niveles de logro.

c. Su proceso de utilización es una ayuda para colaborar en la realización de su principal objetivo.

d. Anima a los docentes y otros profesionales de los colegios a compartir y fabricar nuevas iniciativas, basándose en sus conocimientos previos.

e. Ayuda a los docentes y otros profesionales a valorar posibilidades existentes en sus escuelas para aumentar el aprendizaje y la participación de todos los alumnos.

f. Constituye un proceso de auto – evaluación de las escuelas en relación con tres dimensiones: la cultura, las políticas y las prácticas de una educación inclusiva.

g. Promueve la igualdad de oportunidades, por lo que no es excluyente y la diversidad del alumnado no es ningún tipo de problema para una escuela.

Punto de vista de nuestras escuelas:

He elegido la Dimensión A, crear culturas inclusivas; construir una comunidad; indicador: todo el mundo se siente acogido, porque me ha parecido un cuestionario interesante porque está bastante relacionado con el caso de Jorge, el cual nos muestra Gerardo Echeita en su artículo.

Así, responderé a las preguntas que se me plantean en el cuestionario:

i. ¿Es amistoso y acogedor el primer contacto que tiene la gente con la escuela?:

Sí es amistoso y acogedor el primer contacto, porque nadie se conoce y el primer día en la escuela está, o debería estar, todo planificado para que los alumnos se presenten y se sientan a gusto.

También existen casos en los que los centros educativos o algunos alumnos no están preparados para un primer contacto, pero en general y según mi experiencia, sí resulta acogedor.

ii. ¿Es la escuela acogedora para todo el alumnado, incluyendo los estudiantes con discapacidad y los que están temporalmente en ella, como por ejemplo, los niños de familias migrantes?:

Debería serlo pero no es así en todos los casos.

Si el personal del centro no acepta la plena diversidad del alumnado, es decir, si es excluyente, no es acogedora porque directamente no aceptan a los niños con discapacidad u otras diferencias, por ejemplo.

Bajo mi experiencia, en los centros donde yo he estudiado sí han acogido de la mejor forma posible a los alumnos, sin distinción entre unos y otros. Se presentaban como un alumno más y si nos tenían algo que contar lo hacían, pero los profesores no resaltaban que ese alumno fuese diferente.

iii. ¿Es la escuela acogedora para todas las familias y otros miembros de las instituciones de la comunidad?:

Sí es acogedora, pero hay familias que no hacen recíproco este hecho, por motivos varios, como que el centro les comunique algo negativo de su hijo y no estén de acuerdo, anteponiendo lo dicho previamente por él.

No debe existir una escuela que no sea acogedora con las familias, porque es fundamental la relación entre profesores y familia.

iv. ¿La información sobre la escuela es accesible para todos, independientemente de su lengua de origen o de alguna discapacidad (por ejemplo, está disponible en braille, grabada en audio y vídeo o en letras grandes, cuando sea necesario)?:

Bajo mi experiencia no es así, porque no están preparados lo suficiente para la gran diversidad étnica ni para otro tipo de diversidades existentes en las escuelas actualmente, por lo que no disponen de personal capacitado para traducir la información a cualquier idioma o para poder explicársela a niños discapacitados o con otro tipo de déficit.

v. ¿Hay en la escuela intérpretes de lenguaje de señas y de otros idiomas cuando hay alumnos que requieren este recurso?:

No conozco ningún caso de que haya profesionales de lenguaje de señas en una escuela, aunque tampoco he conocido ningún alumno que lo requiera por lo que no se cómo reaccionaría el centro para ayudarle.

Respecto a los idiomas, pienso que tampoco hay personal en las escuelas cualificado para interactuar con alumnos que hablen otra lengua, a excepción del inglés que es muy importante actualmente y el francés en secundaria.

vi. ¿En los documentos de la escuela, incluso en los folletos informativos, está claro que es parte de la rutina escolar responder a toda la diversidad del alumnado y de sus contextos?:

En mi opinión, hace poco no lo dejaban muy claro, pero ahora debido a la alta inmigración se ha producido una gran llegada de alumnado extranjero a las escuelas y existe más diversidad por parte del alumnado, por lo que pienso que deben dejar claro que no son escuelas excluyentes.

vii. ¿Los órganos de comunicación del centro (boletín, revista…) recogen los intereses de todos los miembros de la comunidad escolar?:

No podría contestar desde mi experiencia, porque donde yo recuerdo, en mi instituto no hacían revistas ni boletines…

He preguntado y en el caso de un amigo mío, en su instituto sí se realizaban revistas con toda la información respecto a actividades o fiestas que iban surgiendo, recogiendo intereses de los miembros de la comunidad escolar, por ejemplo, en el caso de los alumnos se hacía la semana de los deportes, donde todos debían implicarse en hacer deportes, eligiendo el que quisiesen y luego se recordaba con fotos y comentarios en estas revistas.

viii. ¿La escuela considera y valora las culturas locales y los colectivos de nueva inmigración a través de símbolos y exposiciones?:

La escuela sí valora las culturas locales, ya que todas las personas que la componen, entre ellos, profesores y alumnos, realizan actividades como la semana cultural, el día de la paz, el día del entierro de la sardina, carnavales, festejos navideños, fiestas patronales… involucrándose unos centros más que otros, pero todos valoran la cultura local.

En mi opinión, los centros sí tienen en consideración a los colectivos de nueva inmigración, pero no promueven grandes actividades. Lo que sí hacen es, por ejemplo, dejar que estos nuevos alumnos inmigrantes compartan con la clase su cultura y costumbres.

ix. ¿Hay rituales o actos sociales para dar la bienvenida o para despedir al alumnado y al personal de la escuela?:

Bajo mi punto de vista sí existen bastantes colegios que realizan este tipo de actos tanto para la bienvenida como para la despedida de profesores y alumnos. Por ejemplo, en mi colegio, cuando un profesor se jubilaba, nos poníamos todos los alumnos en el pasillo para darle la enhorabuena y que tuviese una buena despedida, mediante la preparación de algún tipo de actividad que nos proponían los demás profesores, como pequeños discursos, canciones, dibujos…

Respecto a los alumnos, sí se realizaba alguna dinámica para dar la bienvenida a un alumno nuevo, pero no tanto así para la despedida. Era más íntimo, en clase, donde el compañero nuevo compartía con nosotros su cultura, costumbres y quizás alguna anécdota reseñable.

x. ¿El alumnado siente que pertenece a su clase o a su aula de tutoría?:

Depende de muchas cosas: del propio alumno, de su entorno, sus compañeros, sus profesores, familia… pero en mi opinión, en el colegio sí te sientes parte de la clase, porque es uno de los objetivos que deben cumplir los profesores, es decir, que el niño se sienta a gusto e incluido en el grupo.

xi. ¿El alumnado, el profesorado, los miembros del Consejo Escolar y los miembros de la comunidad sienten que pertenecen a la escuela?:

Como en la pregunta anterior, depende de cada uno de los integrantes nombrados. Por lo tanto, sentirán que son parte de la escuela si su estado emocional es positivo y se sienten cómodos dentro del colegio y las aulas.

Diagnóstico de las escuelas:

Desde mi punto de vista, el colegio donde me he educado siempre se preparaba muy bien la bienvenida de los alumnos cuando llegaban al centro por primera vez. Era una escuela acogedora, para mí y para mis compañeros, pero no recuerdo ver ningún alumno con discapacidad o alguna diferencia respecto a nosotros, ya que quizás no fuese muy inclusiva o porque no existía, por ejemplo, tanta inmigración en el momento. Tenían un buen trato con los padres y el AMPA pertenecía a la escuela, un grupo de madres y padres (no recuerdo ver a ningún padre formando parte de este grupo) que se encargaban de organizar algunos aspectos respecto al colegio. Es cierto que, como desventaja, los profesores no sabían inglés y si tenías una duda sólo podíamos preguntársela al profesor que nos impartía el idioma, porque los demás no tenían conocimientos de idiomas o lenguaje de signos. Este colegio tenía mucho en consideración las fiestas locales como el día de la paz o la semana cultural, ya que se implicaban muchísimo en todas aquellas actividades que divertían a todos los alumnos del centro, además creo que es uno de los aspectos en los que este colegio más se implica, es alucinante porque quedan todos los pasillos decorados, las clases, se hacían actividades en las pistas… También, cuando un profesor se jubilaba se le daba la enhorabuena por su trabajo y le preparábamos entre todos, profesores y alumnos, una despedida increíble, con canciones o pequeños discursos. En esta escuela siempre me he sentido parte de ella y de la clase, además creo que he tenido mucha suerte con los profesores que he tenido durante la educación primaria. Lo recuerdo como si todos los miembros del centro fuéramos una piña. Por lo tanto, mi paso por la escuela fue muy positivo.

Respecto al instituto donde me eduqué, mi experiencia es muy distinta. Entiendo la desmotivación de los alumnos que están cursando en estos momentos la enseñanza obligatoria, porque aunque la edad no acompaña para motivarse a la hora de asistir a clase, atender, realizar deberes y estudiar, pienso que se debería plantear una reorganización de esta enseñanza, ya que, respecto a los profesores, sus clases se basan en tener que explicar el temario y punto y son las típicas clases nada dinámicas, sentados todos en sillas durante toda la mañana y esperando a que te enseñen a aprobar exámenes… es mi punto de vista y yo no he aprendido apenas nada. La bienvenida es acogedora y debe ser así porque sobre todo los alumnos de primero de la ESO vienen intimidados, con curiosidad de saber qué les espera y se debe preparar una buena bienvenida, por lo menos para tranquilizarles. Este instituto no acogía a niños con discapacidades u otras diferencias, pero sí a inmigrantes, por lo que no era un colegio totalmente inclusivo. Además, la relación con las familias estaba un poco desorganizada y no había demasiada relación, cosa que a muchos de nosotros, como alumnos, nos venía muy bien por el tema de las “peyas” (faltas sin justificar), o por miedo a que los profesores contasen algo que no nos interesase que supiesen nuestros padres, aun así no debería de ser de esta manera. Aquí pasaba un poco como en el colegio donde estuve, que si tenías dudas sobre inglés o francés, en este caso, te las resolvían los profesores de dichas asignaturas, ya que los demás no tenían adquiridos estos idiomas. Una desventaja, en mi opinión, importante era que no tenían en cuenta las fiestas locales ni se realizaba ninguna actividad que nos pudiese motivar o divertir y eso no ayuda a mejorar las cosas. Tampoco se realizaban despedidas de profesores ni nada por el estilo. En definitiva, yo no me sentí como en el colegio, sino todo lo contrario. Si estaba contenta era por algunos profesores en particular a los que siempre recordaré.

Propuestas de mejora:

· Planteamiento de la reorganización de la ESO y Bachillerato, debido al fracaso escolar que se produce durante estos cursos. Además, existe mucha desmotivación por parte del alumnado cuando se están cursando, que se termina convirtiendo en descontento una vez pasados estos cursos.

· Planteamiento del estudio como forma de vida complementaria a la vida laboral, ya que las situaciones cambian y vamos avanzando, por lo que no podemos dejar de adquirir nuevos conocimientos y mantenerse al día.

· Adquisición de créditos on-line para alguno de los alumnos, para que puedan practicar idiomas, por ejemplo.

· Creación de una educación destinada a la formación del alumnado según compatibilidad de horarios y maneras de poder realizarla. Para ello se necesitan herramientas como nuevos instrumentos tecnológicos o alfabetización de adultos.

· Modificar algunos aspectos relacionados con la organización escolar, que han resultado ser generadores de problemas.

· Crear colegios inclusivos, dejando de excluir a aquel alumnado del cual no se hacen cargo porque son “diferentes” o porque no sabrían enfrentarse a esa situación. Hacer una escuela para todos.

· Más preparación por parte del personal educativo en varios aspectos, como la adquisición de idiomas, lenguaje de signos, conocimientos sobre aquellos temas que se encuentran a la orden del día (diversidad, inmigrantes)…

· Impartir las clases de manera dinámica y divertida, donde los niños se puedan sentir motivados.

· Mejorar la comunicación con las familias, ya que es muy importante para la educación de los niños, a partir de reuniones, tutorías personalizadas, internet… Conseguir su implicación.

· Concienciar a los profesores de que deben ser más cercanos e implicarse más, sobre todo si sus alumnos son niños pequeños.

· La pertenencia en todos los centros educativos de revistas, boletines o tablones informativos, para tener informadas a las familias y a los alumnos de todo en general (notas, fechas, fiestas locales…)

· Intentar concienciar a aquellos profesores que no aceptan los nuevos cambios educativos de que continuamente nos vamos renovando y que deben actualizarse.

· La adquisición de ordenadores y otras tecnologías en los centros y aulas, ya que son buenos medios para que los alumnos aprendan y puedan realizar trabajos y buscar información.

· Educarles de una manera democrática, ni estricta ni permisiva. Fomentando el respeto entre iguales y crear alumnos responsables, curiosos y emprendedores.

· Inculcar el trabajo en grupo a la vez que la responsabilidad individual, la tolerancia y autonomía.

· La adquisición de personal suficiente para cualquier situación que pueda surgir. Así, un centro educativo debe tener profesores, tutores, director, orientadores, psicólogos, psicopedagogos…

· Todos los centros deberían contar con el apoyo de otros colegios e instituciones educativas.

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